¿Qué es Ashtanga Yoga?
El término Ashtanga proviene del sánscrito: ashta significa ocho y anga, rama o parte. Hace referencia al camino de ocho pasos descrito por el sabio Patañjali en los Yoga Sutras, un texto clásico del yoga que propone un recorrido ético, físico y meditativo hacia la integración del ser.
Este sistema fue transmitido y actualizado en el siglo XX por T. Krishnamacharya, una figura fundamental en la historia del yoga moderno. Maestro erudito, sanador y practicante excepcional, Krishnamacharya enseñó a varios de los grandes exponentes contemporáneos del yoga, entre ellos a Pattabhi Jois, B.K.S. Iyengar, Indra Devi y T.K.V. Desikachar.
Pattabhi Jois, discípulo de Krishnamacharya en Mysore (India), desarrolló el método Ashtanga Vinyasa Yoga, una práctica dinámica que sincroniza movimiento y respiración (vinyasa), estructurada en series de posturas que se aprenden de forma progresiva. Esta práctica integra cuerpo, mente y energía a través de tres pilares: asana (posturas), pranayama (respiración consciente) y drishti (punto de mirada o enfoque).
Lo que distingue al Ashtanga no es sólo su forma física, sino su intención de abarcar todos los aspectos del yoga: desde la ética personal (yamas y niyamas), pasando por la disciplina corporal, hasta los estados de concentración y meditación profunda.
¿Qué es el estilo Mysore?
El estilo Mysore es la forma tradicional de practicar Ashtanga Yoga, tal como se enseñaba en la ciudad de Mysore, India, por Pattabhi Jois y, más adelante, por su nieto Sharath Jois.
A diferencia de una clase guiada, donde el profesor indica las posturas para todo el grupo, en una clase Mysore cada persona practica de forma individual, a su propio ritmo, siguiendo la secuencia aprendida, con el acompañamiento cercano del profesor, que ajusta, corrige y guía de manera personalizada.
No hace falta memorizar todo antes de empezar: el aprendizaje es gradual, y el profesor va enseñando las posturas poco a poco, en función del cuerpo, el momento y la experiencia de cada quien. La respiración es el hilo conductor, y con el tiempo, la práctica se convierte en una meditación en movimiento.
Este método favorece la autonomía, la escucha interna y el vínculo directo con la práctica. No importa si eres principiante o llevas años practicando: en el estilo Mysore cada persona encuentra su forma, su ritmo y su espacio.
Mantras
Los mantras son fórmulas sonoras en sánscrito que se recitan o cantan con una intención concreta. No se trata solo de palabras: su poder está en la vibración que generan, una vibración sutil que actúa sobre nuestro estado mental y emocional. Al repetirlos, el sonido penetra más allá de lo racional, transformando patrones en estados de mayor claridad, calma y presencia.
Cada sonido tiene una frecuencia única y se asocia a un estado particular de consciencia. Por eso, cuando repetimos un mantra de forma continua, podemos experimentar una sensación de recogimiento, bienestar interno y sosiego —lo que en la tradición del yoga se llama santosha.
En la práctica tradicional del Ashtanga Yoga se entonan dos mantras: uno al comenzar y otro al cerrar la práctica.
El mantra de apertura honra al sabio Patanjali (siglo II a.C.), agradeciendo su legado y su guía en el camino del yoga. Nos invita a conectar con nuestro maestro interior y con el potencial más luminoso que todos llevamos dentro.
El mantra final, llamado Mangala es una invocación por la paz, la armonía y el bienestar colectivo, una manera de cerrar la práctica deseando un mundo más justo, pacífico y consciente para todos.
El mantra de apertura honra al sabio Patanjali (siglo II a.C.), agradeciendo su legado y su guía en el camino del yoga. Nos invita a conectar con nuestro maestro interior y con el potencial más luminoso que todos llevamos dentro.
El mantra final, llamado Mangala es una invocación por la paz, la armonía y el bienestar colectivo, una manera de cerrar la práctica deseando un mundo más justo, pacífico y consciente para todos.
Puedes escuchar el mantra de inicio recitado por los Jois aquí: https://youtu.be/TotruQmxZPk?si=T0eWtEARnJ55z8Ck
y el segundo aquí: https://youtu.be/TotruQmxZPk?si=T0eWtEARnJ55z8Ck

Om
Me inclino ante los pies de flor de loto de los maestros
que despiertan en mí la felicidad pura del ser universal.
Me refugio en el sanador de la selva,
que disipa la ignorancia de la existencia condicionada para revelar la paz.
Rindo mi ego ante la sabiduría de Patanjali,
quién es representado coronado por un millar de serpientes blancas radiantes
sosteniendo en sus manos una concha de caracola
portando un disco de luz
Y con la espada de la discriminación que atraviesa las ilusiones que nos separan de la verdad universal.
Om
Me inclino ante los pies de flor de loto de los maestros
que despiertan en mí la felicidad pura del ser universal.
Me refugio en el sanador de la selva,
que disipa la ignorancia de la existencia condicionada para revelar la paz.
Rindo mi ego ante la sabiduría de Patanjali,
quién es representado coronado por un millar de serpientes blancas radiantes
sosteniendo en sus manos una concha de caracola
portando un disco de luz
Y con la espada de la discriminación que atraviesa las ilusiones que nos separan de la verdad universal.
Om

Om
Gloria a la prosperidad
Que los gobernantes guíen el mundo con ley y justicia
Que todas las cosas sagradas gocen de protección
Y que los habitantes del mundo sean felices y prósperos.
Gloria a la prosperidad
Que los gobernantes guíen el mundo con ley y justicia
Que todas las cosas sagradas gocen de protección
Y que los habitantes del mundo sean felices y prósperos.
Om